La producción de hormigón, metal, plástico, ladrillos y asfalto es mayor que la masa de materia viva en el planeta, según La cantidad de plástico tiene mayor masa que todos los animales marítimos y terrestres, sumados. Los científicos han publicado un estudio en la revista Nature que deja en evidencia la desmesura de l ambición humana gracias a un sistema de medición objetivo y riguroso que da cuenta del balance entre el impacto humano y la naturaleza. El mundo natural no es infinito mientras cada himno estaría creando materia equivalente a su peso corporal cada semana. Y esta es la razón por la que se denomina Antropoceno a la época actual, debido al abrupto y devastador impacto que supone la actividad humana, cuya huella se he incrementado a un ritmo demencial desde principios del siglo XX.
En el estudio han medido el ratio entre biomasa global y masa artificial desde 1900, calculando el peso en seco. La masa antropogénica se define como la que tienen los objetos sólidos inanimados hechos por los humanos y, atención, ¡no se han incluido los residuos aún! Por hacer un resumen, a principios del siglo XX, los objetos producidos por humanos equivalían al 3% de la biomasa mundial. En 2020, la masa fabricada supone 1.1 terrones y ya ha superado a la biomasa global. Para colmo, la masa de cepas agrícolas domesticadas supera con creces a la masa perdida de vegetales “salvajes” debido a la deforestación, algo que a su vez afecta al ciclo del carbono y a la salud humana.
En los años 50 se produjo una transición del ladrillo al hormigón y, en los 60, se implantó el uso generalizado del asfalto en las carreteras. Las guerras mundiales impulsaron dramáticamente el aumento de la masa antorpogénica. Tras el final de la IIGM, el incremento de masa fabricada subió hasta el 50% anual, lo que se ha venido a llamar como “gran aceleración” que trajo un desarrollo urbano sin precedentes y un consumo sofisticado. Sin embargo, durante las crisis económicas, como la Gran Depresión o la crisis del petróleo de los 70, la huella humana tiende a desacelerarse. En 2020 se ha alcanzado la cifra inconcebible de 30 gigantones de producción de masa artificial al año, es decir, treinta mil millones de toneladas.