La enigmática galaxia GN-z11 fue detectada en 2016 y su antigüedad, lo que equivale a decir su lejanía, sorprendió a los astrónomos: 13.400 millones de años luz. Y aun así es una galaxia como la nuestra y como miles de otras que conocemos, o sea, contiene estrellas y planetas.
Un equipo de astrónomos de la universidad de Tokio, dirigidos por Nobunari Kashikawa, ha medido el desplazamiento al rojo de la luz emitida por la galaxia, lo que permite comprobar su distancia y a qué velocidad se aleja de nosotros. El telescopio espacial Hubble observó la luz ultravioleta pero para afinar la precisión de la medida, necesitaron el espectrógrafo MOSFIRE, un instrumento específico para medir líneas de emisión que incorpora el telescopio Keck I, sito en Hawai.
El desplazamiento al rojo se mide con el parámetro Z y el valor de Z que encontraron para GN-z11 fue 11.09, lo que la convierte en la galaxia conocida más lejana y antigua. Se formó cuando el universo sólo era un 3% de lo que es ahora, sólo 400 millones de años después del Big Bang. Aunque es mucho más pequeña que la Vía Láctea, a cambio es mucho más activa, es decir, genera estrellas muy, muy rápido.